El día de la madre la visita duró más tiempo. Fue de 9 de la mañana a 2 de la tarde, y la pasé con mi señora y mi hija.
Mi mamá no vino porque estaba enojada conmigo. Cuando hablamos en la semana por teléfono se dio cuenta que yo no estaba haciendo las cosas tan bien como antes.
Mi vieja me dijo que iba a venir y el domingo la estuve esperando y nunca llegó. Tenía un regalito para darle. Ahora se lo voy a dar el domingo.
Espero poder estar en la calle para el 16 de noviembre que es su cumpleaños. Quiero darle un abrazo y decirle feliz cumpleaños.
Muchas veces me siento culpable de que mi mamá se sienta mal cada vez que hablo por teléfono, o cuando me viene a ver y se me pone a llorar. Ahí yo me pongo mal y me hace pensar muchas cosas para cuando vuelva a la calle.
sábado, 24 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mario, el otro día cuando me contaste esto que narras aca me fui pensando. Que grosa tu vieja. Me despertó una profunda admiración. Yo no tengo hijos pero intuyo que ha de haber sido díficil la decisión de no ir a verte para hacerte ver su disconformidad con ciertas actitudes.
ResponderEliminarNo se como interpretaste vos ese enojo de tu mamá. Yo lo veo como un gesto de amor grandísimo.
Te mando un beso
Vero
morite delicuenta y tu vija tambien
ResponderEliminar