Ciudad del Bajo Flores, por Ezequiel P

Cuando yo tenía 11 años jugaba a la pelota, iba a la escuela y antes de las 12 de la noche ya estaba durmiendo para ir al club.

Hoy en día estoy preocupado por mi hermanito, que tiene 6 años y ve como los pibitos de 10, 11 años, ya andan robando y se drogan con pasta base. Mi mamá me contó en visitas que se hace el rebelde, que cuando le dice que suba a casa él se encapricha y se quiere quedar abajo, en la calle, un rato más. Además le contesta mal y hay días que le dice que no quiere ir a la escuela.

Y también estoy preocupado por todos esos chicos de 10, 11 años porque se están matando con esa maldita droga. A mi me gustaría que hagan una cancha y que les enseñan a los chicos del barrio un poco de respeto, que haya una escuelita de fútbol, talleres para que los chicos puedan pintar, hacer lo que les guste, aprender un oficio.

Me da mucha impotencia que los que vendan drogas sean muchos y les vendan a los más chiquitos. Mi barrio está lleno de vendedores y nadie hace ni dice nada. Así, los pibes como mi hermanito, tienen más opciones de comprar droga que de hacer actividades, juegos y talleres que los hagan crecer haciendo las cosas bien.