¿Es real esto que veo?.
toda la madrugada esperé despertarme,
me pellisqué, me di un baño con agua fria y nada...
sigo acá.
¿Cómo se atreve el encierro a abandonarme así?
Libertad penal, pero hermosa libertad.
Libertad a medias pero resplandeciente libertad.
Estoy desacomodado, realmente me cuesta creer que la celda quedó atrás.
Lo más extraño de éstas vírgenes sensaciones es que es la primera vez
que escribo en compañia de los árboles, abrazado a los rayos del sol
y con un recital de pajaros de fondo.
La ciudad me regala una mirada agria, casi sanguinaria,
pareciera que los edificios me vigilan.
Pero para quien se había olvidado su sabor
el aroma del esfalto produce
una sobredosis de alegria en mis arterias.
disculpen... necesito enjuagar mis ojos
El dia llegó,
vuelvo a ser esclavo de la velocidad del mundo.
Camilo Blajaquis
(un hombre libre)
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