Las diferencias en los institutos, por Leonel P

Mi nombre es Leonel y hace dos años y once meses que estoy privado de mi libertad. El primer año estuve en un instituto de provincia y después me trasladaron a uno de Capital Federal, el Agote, adonde estoy ahora.
Las diferencias entre institutos son muchas. En provincia no podíamos fumar más de cinco cigarrillos por día y teníamos que usar la ropa del instituto y no la ropa personal que es la que más me gusta usar. Me gusta usar chombas Nike, Adidas, conjuntos deportivos, remeras de vestir y camisetas de equipos de afuera, como el Manchester, Barcelona o Chelsea. Nos daban una remera, un short, un pantalón y un buzo. Todo era color verde, azul o negro.
Lo único parecido que tienen los institutos de provincia y capital son las actividades, por ejemplo el fútbol, panadería, cocina, tareas de mantenimiento. En provincia había uno en particular: no me acuerdo el nombre del taller, pero venía un psicólogo que nos hacía hablar sobre las drogas y nos hacía escuchar una canción tranquila y nos relajábamos cerrando los ojos. Algunos se quedaban dormidos. El taller más concurrido era el de panadería.
En las visitas hay diferencias, también, como el respeto, la mercadería que nos traían y los horarios.
Resumiendo, yo prefiero el instituto de capital porque uso mi ropa, puedo hablar por teléfono todos los días, la comida está mucho más rica y el tema del viaje para mi familia es más cómodo.